martes, 5 de mayo de 2009

Islas Malvinas

Podría haber elegido cualquiera de los documentales o actos que suelen aparecer en los medios en esta época, si embargo decidí quedarme con el film de Tristán Bauer “Iluminados por el fuego”.
Se trata de un film que refleja el infierno cotidiano que debieron atravesar aquellos adolescentes de alrededor de 18 años, muy mal preparados y peor equipados, que fueron llevados sin lugar a elección alguna a combatir en las islas contra uno de los ejércitos más fuertes del mundo.
La trama se centra en la historia de Esteban Leguizamón, un ex combatiente y ahora periodista que luego de recibir la dura noticia de que uno de sus compañeros de lucha y amigo se encuentra en estado de coma por haber intentado suicidarse, decide navegar en el tiempo y en su memoria, trayendo a la actualidad de su vida aquellos recueros dolorosos y crueles de lo vivido en guerra. Y es precisamente esto lo que lo lleva a volver a las islas para tratar de cerrar una herida, que como todos sabemos, es muy difícil de cerrar…por no decir imposible. Esto se ve en las cifras que fueron apareciendo a medida que la guerra quedaba más lejos en el tiempo, pero siempre firme en nuestras memorias. Es que el número de muertes por suicidio terminada ella supera ampliamente a aquellos que dejaron su cuerpo, alma y vida durante el combate.
Es algo muy difícil de pensar y más que nada de entender, que los encargados de representar y defender a un país, nuestro país, hayan sido jóvenes, adolescentes con escasa experiencia de vida.
Desde mi punto de vista, “Iluminados por el fuego”, hace algo mas que mostrar la experiencia de un ex combatiente, nos lleva también a la reflexión, haciéndonos ver todos los hechos con otra mirada, con los ojos de quienes fueron sus principales victimas.
Para terminar y tratar de ponernos solo por un minuto en la piel de quienes tuvieron que volver a casa siendo héroes, aunque con la derrota a cuestas, elegí un pequeño fragmento, una conclusión que cuenta el protagonista:
“…a pesar de nuestro esfuerzo, del valor de algunos y del coraje de nuestros pilotos que con sus aviones se habían arrojado sobre la flota inglesa, la improvisación, el sadismo y la traición de quienes habían torturado a su propio pueblo, nos habían llevado a la derrota.
Los ingleses no necesitaron disparar las armas nucleares que traían en sus barcos. Con el apoyo de la OTAN y la ayuda norteamericana, basto para adueñarse de un territorio que no les pertenece. Se apoderaron una vez más de nuestras islas. Festejaron sobre nuestra sangre. Nosotros enterramos a nuestros muertos y derrotados volvimos al continente. Nos impusieron un pacto de silencio. ¿Por qué no hablar de Malvinas? ¿Para quién fuimos héroes? ¿Quien saludaría nuestro regreso…nuestro volver a la vida?
Al llegar a mi casa esperaba los pasacalles, a la gente recibiéndonos con abrazos y llanto. Un perro ladraba en la noche vacía, y al fondo de la calle solo mi madre me esperaba con su abrazo…”

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